La llegada inesperada

La llegada inesperada - La llegada inesperada 1

Creo en las intuiciones y desde casi el comienzo de mi embarazo tenía el presentimiento de que el pequeño Ángel iba a adelantarse a su fecha prevista de llegada al mundo (2 de marzo), quizás serían las ganas que tenía de verle la carita y achucharlo, pero yo así lo sentía.

Intuición que se corroboró el pasado 27 de enero exactamente a las 7:45 de la mañana, cuando tras levantarme de la cama, un chorro de agua bañaba mis piernas y empapaba mi pijama formando un charco en el suelo. Esa noche no fue muy diferente al resto, algo de malestar en la tripa, varias visitas al wc y algo de insomnio a eso de las 5 de la madrugada, que aproveché para dar una ojeada a Instagram, pero nada que me hiciera sospechar que el momento que tanto deseábamos estaba muy cerca.

Todavía algo dormida, por un momento pensé que estaba soñando y me había hecho pis encima, tuvieron que pasar unos segundos para hacerme consciente de lo que estaba pasando ¡Había roto aguas!

Un sentimiento dividido de miedo y felicidad me invadió, sabía que había llegado el día, que en cuestión de horas tendría conmigo a Ángel, pero sólo estaba de 35 semanas, por lo que todavía no se consideraba un embarazo a término y no sabía si esto podría generar algún problema al bebé.

Antonio dormía plácidamente, ajeno a lo que estaba a punto de escuchar ¡Antonio, Antonio, creo que he roto aguas! Y tras estas palabras, comenzaba el día más intenso e importante de nuestras vidas.

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