En enero de 1938, mientras que en España se estaban dando de palos republicanos y franquistas, al otro lado del charco nacía un consejero matrimonial bastante famoso.
A sus 54 años publicó el que fue su primer y más reconocido libro. En él hablaba sobre cómo expresamos y comprendemos el amor.
El autor lo centraba en su nicho de mercado, las parejas, pero yo diría que estas formas de expresión del amor se pueden extrapolar a cualquier relación.
Solo con este libro Gary Chapman ha vendido más de 20 millones de copias en todo el mundo, así que algo interesante tendrá.
Al igual que hizo Robert Kiyosaki, después del éxito de su primera publicación, sacó otros 10 libros a modo spin off sobre los mismos conceptos, pero sin contar nada nuevo.
El libro de Chapman de 1992, “Los 5 lenguajes del amor”, recoge los 5 idiomas en los que nos expresamos y en los que recibimos el amor.
De la misma forma que si un chino y un francés intentan comunicarse solo con palabras, poco entendimiento va a haber, en el amor pasa lo mismo.
¿Alguna vez has pensado: “No me quiere” o “No me demuestra que me quiere”?
Párate a pensar si es que te está hablando en otro idioma y es por eso que no lo estás pillando.
Para Chapman estos 5 lenguajes son: pasar tiempo de calidad con la otra persona, palabras de valoración o agradecimiento, actos de servicio por esa otra persona, dar o recibir regalos y el contacto físico.
La explicación de cada uno viene ahora.
Si tu lenguaje del amor es pasar tiempo de calidad, quiere decir que te sientes amado cuando otra persona que te importa comparte una actividad o una experiencia contigo de forma consciente y conectada. Puede ser una peli o un paseo por el campo.
Las palabras de valoración o agradecimiento, o palabras de afirmación como lo verás escrito en cuanto te pongas a investigar más sobre esto, habla de que te sientes querido al recibir reconocimiento y ánimo de otras personas. Un “te quiero”, un “qué guapo/a estás hoy”, un “qué buena te ha salido la cena”…
Si los actos de servicios es tu lenguaje, entiendes que otra persona te quiere si te atiende, te sirve o te ayuda en momentos particulares por el mero hecho de hacerlo y sin esperar nada a cambio.
Los regalos. Tema difícil de entender si no es tu lenguaje del amor o si no se entiende en tu ámbito cultural. No tiene por qué ser regalar algo de coste alto, puede ser un detalle pequeño, pero para la persona que tenga este lenguaje del amor significará “me importas, me he acordado de ti y por eso he hecho esta inversión”.
El regalo se convierte en un “símbolo” material del amor.
Y por último, el contacto físico. Si te gustan los abrazos, los achuchones, los besos, no busques más.
Según Chapman, las personas transmiten el amor de la misma forma que lo interpretan o lo reciben.
Es decir, si tú entiendes el amor en un lenguaje, lo normal es que tu lo comuniques en el mismo idioma.
Por supuesto se puede tener más de un lenguaje del amor, y con el nacimiento de los hijos puede que te haya florecido alguno nuevo.
Así que, plantéate cómo sería tu vida y tus relaciones si a cada persona que te importa le transmitieras el hecho de que para ti es importante y que la quieres en el mismo lenguajes en el que esa persona mejor lo entendiera.
¿No sería extremadamente bonito?
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